Cielo (3): ¿Qué vemos cuando vemos?

¿Es el desierto uno de los mejores contrastes para preguntarse sobre el cielo? Pareciera que la fascinación con el paisaje astronómico no puede sino desatarse cuando nos encontramos en un lugar que no sólo te permite ver más allá, como se dice siempre sobre Atacama, “lugar privilegiado en el mundo para observar las estrellas”, sino que la inmensidad de ese desierto, lo inusual y diverso de sus habitantes -humanos, animales y minerales- proponen un escenario dramático que atrae una y otra vez. Desierto doloroso de muertos enterrados, de culturas bajo la arena, de geoglifos comunicando mensajes en las montañas.

Pero en este caso, la directora canadiense Allison McAlpine arma un relato sencillo que se sustenta en la pregunta: ¿Qué es el cielo?, tanto para ella como para sus personajes. Aunque las preguntas aparecen en el documental más dirigidas a ¿cuál es tu relación con el cielo? o ¿qué ve la gente en el cielo?, finalmente, la reflexión se hace tan íntima -performática en algunas ocasiones, poética en otras- que termina siendo la definición de cielo para cada uno de ellos: recolectores de algas, cazadores de planetas, un contador de historias, astrónomos, mineros, ingenieros. Todos puestos al mismo nivel, porque cada una de sus voces es relevante para armar esa metafísica respuesta, que termina siendo un coro intercalado con el incesante manto estelar.

En ese sentido, es interesante siempre encontrarse con un relato documental que permite el juego a sus protagonistas para entablar su propia relación con la cámara, borroneando los límites de un documental sólo observacional. La misma voz de la directora está presente con sus preguntas y reflexiones (en su idioma original). Es por tanto, una declaración de amor, una interpelación directa al cielo como personaje extra, tratarlo de “tú”. A pesar que, como dice la astrónoma -una de las integrantes de este coro- jamás podremos “hacernos una idea global de lo que es el universo”. Siguiendo su idea, miramos afuera sin saber lo que es realmente ese misterioso manto, más allá de lo que conocemos sobre nosotros mismos.

Existe, es cierto, una fascinación tal por el lugar, por las personas y también por las instalaciones astronómicas, mecánicas, tecnológicas, que a ratos pareciera que la gran cantidad de imágenes se utilizan como un collage para poder captarlo todo, lo que no siempre es tan necesario, considerando lo sencillo del relato. Las tomas de estudio que ocupan de insertos, los timelapse, los droneos del desierto, tomar de todos los ángulos las instalaciones de los observatorios, son a veces excesivos. Sobre todo en este último punto, da la impresión de que hubo necesidad de exponer todo lo que hay en estos sitios donde la mayoría de la gente no puede entrar cotidianamente, y eso no necesariamente dialoga con el trasfondo y los personajes del documental. Quizás pudo haber sido más acotado.

El apoyo en la música y el excelente sonido ambiente juega una parte fundamental para sostener este viaje en imágenes mientras la presentación de cada uno de los filmados va hilando la búsqueda por definir aquello que ya entendemos como indefinible. La manufactura técnica de esta coproducción chileno canadiense, siempre aporta a ir superando peldaños en esta industria audiovisual. Ciertamente un acierto al equipo de McAlpine. Se queda en ello y quizás ahí es donde se genera una distancia que se acorta gracias a este carismático coro de amantes del cielo.

Nota comentarista: 7/10

Título original: Cielo. Dirección: Alison McAlpine. Producción: Carmen García, Paola Castillo, Alison McAlpine. Guión: Alison McAlpine. Fotografía: Benjamín Echazarreta. Montaje: Andrea Chignoli. Sonido: Miguel Hormazaba, Mauricio López, Andrés Carrasco, Rodrigo Salvatierra, Carlos Sanchez Farías, Claudio Vargas. Música: Philippe Lauzier. Casa productora: Second Sight Pictures, Errante Producciones, Argus Films. Productor de Marketing y Distribución Internacional: Sean Farnel. País: Canadá – Chile. Año: 2017. Duración: 78 min.