La victoria: Documento de un ideario

Exhibida en la 23° edición del Festival de Cine Europeo, La victoria, una vanguardista apuesta mezcla de ficción con documental del director alemán Peter Lilienthal, filmada en el Chile de 1973, apenas unos meses antes del golpe de Estado, es un descubrimiento fílmico con características históricas que casi no se ha visto en nuestro país. Se vale de la historia de la joven Marcela que llega a Santiago desde el sur buscando trabajo como secretaria, para tomarle el pulso a las calles en plena campaña electoral antes del quiebre democrático, al trabajo comunitario y las campañas de alfabetización en las poblaciones en que la protagonista es voluntaria, y a las masivas manifestaciones populares defendiendo el gobierno de Allende.

Encontrar entre las cuarenta películas europeas que exhibió la 23° edición del Festival de Cine Europeo el híbrido entre ficción y documental La victoria, del director alemán Peter Lilienthal, filmado en Chile en el contexto de las elecciones parlamentarias de 1973, apenas unos meses antes del golpe de Estado, es un descubrimiento de un documento fílmico con características históricas que casi no se ha visto en nuestro país. 

Fue recién el año pasado con motivo de los 50 años del triunfo de Salvador Allende, que el Centro para las Humanidades de la Universidad Diego Portales estrenó en línea con subtítulos en castellano la película de este nonagenario director (que a los diez años huyó del nazismo con su madre hacia Uruguay), que retrató la ebullición política de Chile durante la Unidad Popular. Dado que el filme fue producido para la televisión alemana, que la exhibió apenas unos días después del golpe de Estado el 17 de septiembre de 1973 como registro histórico, La victoria está doblada al alemán y no existe copia con sonido original en castellano. Antes de su exhibición en 2020 sólo había tenido proyecciones privadas en el Goethe Institut a los padres de la fallecida protagonista Paula Moya en 1987 y 2003, con una deficiente traducción al castellano.

En una vanguardista apuesta que impulsaba Lilienthal ya en 1973 mezclando ficción con documental, La victoria se vale de la historia de la joven Marcela, que llega a Santiago desde el sur buscando trabajo como secretaria, para tomarle el pulso a las calles en plena campaña electoral antes del quiebre democrático (donde la diputada socialista Carmen Lazo va a la reelección y se puede apreciar su extraordinaria oratoria y cercanía con la gente), al trabajo comunitario y las campañas de alfabetización en las poblaciones en que la protagonista es voluntaria, y a las masivas manifestaciones populares defendiendo el gobierno de Allende.

Esta modalidad de presentar una historia de ficción con un entorno registrado en estilo documental tenía como método de trabajo una filmación suelta y rápida, con un equipo pequeño y flexible capaz de registrar los acontecimientos de la frenética realidad y sus expresiones espontáneas. Su entonces director de fotografía, el reconocido director Silvio Caiozzi, que venía llegando de estudiar en Estados Unidos y pudo filmar un gran número de películas que se estaban realizando en Chile gracias al fomento estatal, señala que no había un estilo fijo, sino que éste se adaptaba a lo que se estaba filmando y que el sonido sólo era de referencia, porque la película sería doblada al alemán. Caiozzi llegó a la película a través de su socio, el cineasta Helvio Soto, quien oficiaba como productor. 

La victoria cuenta con el guión del escritor chileno Antonio Skármeta, que seguiría colaborando con Lilienthal en otras cinco películas, entre ellas la que fue rodada en Chile a fines de los 80, que también está en alemán y donde aparecen unos jovencísimos Amparo Noguera y Francisco Reyes: El ciclista del San Cristóbal (1989), basado en un cuento suyo sobre un joven ciclista que a fines de la dictadura busca ganar el tour de Chile. Ambas obras cristalizan la mirada de Lilienthal sobre Chile, contrastando el anhelo colectivo de una vida mejor a principios de 1973 con la desazón, los intereses del régimen y la corrupción incluso en el deporte a fines de la dictadura. En primera instancia, el cuento del ciclista se filmaría primero, pero ya en terreno al percatarse del clima político y efervescencia de los setenta en el país, Lilienthal cambió el protagonista de un hombre a una mujer y priorizó la historia de Marcela.

El propio Antonio Skármeta aparece en una escena de La victoria donde le toma una especie de examen de dactilografía a Marcela, así como también participa la nombrada diputada Carmen Lazo en el seguimiento documental de su campaña o el entonces Intendente de Santiago, Jaime Faivovich. Lo mismo sucede con el director chileno Raúl Ruiz, que participa en una reunión festiva en la casa del tío de la protagonista, que parece un homenaje al estilo ruiciano, con puertas de las que entran y salen personajes, con cambios de luz, acciones que ocurren en primer plano distintas a las del fondo. Después del golpe de Estado, sería el propio Lilienthal quien lograría sacar del país hacia el exilio a Skármeta y Ruiz a través de becas truchas, reuniéndose con ellos en Marruecos, en África del Norte.

Como un buen observador social adelantado a su época, Lilienthal plantea en La victoria varias cuestiones desde lo que hoy se consideraría una perspectiva de género, tales como la violencia intrafamiliar, que se comenta en una reunión de mujeres en la población, las dificultades de que los hombres “dejaran” estudiar a las mujeres porque lo consideraban innecesario o la diversidad de las familias compuestas por jefas de hogar, viudas o con marido. 

En los diálogos de personajes secundarios o de actores naturales (que muchas veces hacen de sí mismos) se evidencia las discriminaciones que sufren las mujeres en el mundo del trabajo, como en las recomendaciones que le da el jefe a la protagonista sugiriéndole que no se ría fuerte y que limite sus conversaciones. A la espera de los resultados electorales de la diputada Lazo, se escucha en la televisión que aumentó el voto femenino en las elecciones parlamentarias (en que la Unidad Popular incrementó sus diputados) respecto de las mujeres que votaron por Allende en 1970.

El impacto que dejó en Lilienthal haber vivido en una de las democracias de más larga data en Latinoamérica como es la uruguaya, que intempestivamente fue quebrada por un golpe de Estado, se tradujo en historias donde personas comunes y corrientes se ven sorprendidas por las circunstancias. Como es el caso de Marcela, que al llegar a Santiago a intentar una nueva vida de trabajo se vuelve testigo y partícipe de un período histórico y una propuesta política que en ese entonces prometía alcanzar la victoria.

 

Título original: La victoria. Dirección: Peter Lilienthal. Guion: Antonio Skármeta. Fotografía: Silvio Caiozzi. Reparto: Paula Moya, Carmen Lazo, Antonio Skármeta, Jaime Faivovich, Raúl Ruiz. País: Alemania (RFA), Chile. Año: 1973. Duración: 105 min.