Europa Ya! (1): La Sapienza (Eugene Green, 2014)

Por una luminosa felicidad

El cine de Eugène Green, americano de nacimiento pero nacionalizado hace más de 40 años francés, se caracteriza por una estructura formal única y distante de los modelos narrativos dominantes. Priman actuaciones desafectadas, de tendencia anti-naturalistas, cercanas a un estilo bressoniano, donde los personajes encuadrados en planos frontales, fijos y simétricos hablan mirando directamente a la cámara, acercandose más enunciados teatrales o monólogos enfrentados que a los diálogos cinematográficos del clásico plano-contraplano, dejando al espectador situado de cara a los personajes pero entremedio de los dos interlocutores. Este recurso que podría resultar frío y distante adquiere en Green, sosteniéndose en el poder de la mirada y la palabra, una encantadora forma de cercanía y cariño por los personajes, con una elegante sensibilidad que coquetea desde un humor sutil hasta la erudición cotidiana.

La Sapienza plantea una reflexión sobre la relación entre emoción, belleza y sabiduría, amparando una romántica creencia sobre la posibilidad de un renacimiento, una renovación futura desde el intercambio entre culturas, idiomas, épocas y generaciones, desde la importancia del diálogo como medio de trasmisión renovadora, entre adultos y jóvenes, entre experiencia e intuición, de la inteligencia que allí reside.

El film presenta a un exitoso, pero algo deprimido, arquitecto, Alexandre Schmidt (Fabrizio Rongione), quien está en lo que parece ser el clímax de su carrera. Aun así se encuentra decepcionado de su trabajo, por lo que decide emprender un viaje en búsqueda de inspiración a través de las obras del arquitecto barroco Francesco Borromini. En este viaje le acompaña su esposa Eleonor (Christelle Prot Landman), juntos en medio de un matrimonio en crisis parten al estilo de Rossellini en un viaje por Italia.

A poco andar conocen a una pareja de hermanos adolescentes, Goffredo y Lavinia,  con quienes se relacionan rápidamente. Lavinia sufre un episodio de una misteriosa enfermedad que la afecta y Eleonor decide quedarse con ella hasta que mejore e invita a Alexandre a continuar con su itinerario por las obras de Borromini junto a Goffredo, que justamente desea comenzar sus estudios de arquitectura el año entrante. Así ambos hombres parten a Roma en una especie de viaje pedagógico, entablando una relación maestro-discípulo que tiende a ser más horizontal y recíproca de lo esperado.

Lo que viene es un alucinante recorrido por las Iglesias de Borromini, la detención en los detalles arquitectónicos, escultóricos y paisajistas de la época barroca, acompañado por las conversaciones y reflexiones propias de  Goffredo y Alexandre sobre el sentido de la arquitectura, la importancia de la luz y las formas de ser verdadero con uno mismo. Paralelamente Eleonor y Lavinia hablan de sus anhelos y padecimientos, entre intentos por comunicarse en lenguas ajenas. De este modo, los cuatro protagonistas van compartiendo y conversando sobre el arte y la cultura y terminan inevitablemente hablando de sí mismos.

La Sapienza nos habla de como tanto el cine y la arquitectura buscan construir, como dice Goffredo en la película,  “espacios para dar cabida a la luz necesaria para la felicidad del ser humano”, creando espacios y configurado un tiempo propio, por donde pueda pasar la luz, donde puede cobijarse la materia de la luz. Esa emoción luminosa que guardan y atesoran ciertas estructuras cinematográficas o arquitectónicas. Green o Borromini.

 

Director: Eugène Green. Guión: Eugène Green. Intérpretes: Fabrizio Rongione, Christelle Prot, Ludovico Succio, Arianna Nastro, Hervé Compagne. País: Italia | Francia. Año: 2014. Duración: 105 min.