Foxfire: Utopía y subversión con forma de mujeres (Laurent Cantet, 2012) #sanfic

“Like a flame is real enough, isn’t it, while it’s burning?-even if there’s a time it goes out?” (Joyce Carol Oates, Foxfire)

Foxfire (2012), la última película de Laurent Cantet basada en la novela de la escritora estadounidense Joyce Carol Oates, Foxfire: Confessions of a Young Gang, (1993), trata sobre varios de los temas presentes en otras películas del director como Entre les murs (2008). La educación, la rebeldía, la política, pero no una política con mayúsculas, sino esa que ocurre en la sala de clases o en un pueblo del este de Estados Unidos durante los años 50’.  Así lo señaló luego de la presentación de su ultima película en el marco de SANFIC 9. Para Cantet, el filme trata entre otras cosas sobre cómo lo subversivo se ve amenazado constantemente al entrar en contacto irremediable con lo establecido, y así ocurre con el grupo de niñas que integran “Foxfire”.

Foxfire transcurre en un pueblo de upstate New York, durante la posguerra. En un comienzo esta podría ser otra película más ambientada en esa época, sin embargo se distancia de la estética común de lo que nos ha sido mostrado visualmente sobre los EEUU de los cincuenta, y asimismo se centrará en un grupo de niñas adolescentes. Cansadas del bullying causado por los hombres en general, la película ejemplifica cómo los compañeros de curso, los profesores, los tíos y otros representantes del genero masculino, violentan una y otra vez a estas niñas sin que nadie haga nada al respecto. Una de ellas “Legs” decide junto a sus amigas, cuatro, en un comienzo hacer un grupo que se auto margine y se rebele frente a estas conductas. El grupo se llamará “Foxfire” y sus acciones que hoy podríamos llamar “funas” a los hombres que las han molestado, se llamarán “revenge foxfire” como dice la leyenda que pintan en los muros del pueblo durante la noche, con un signo, una llama, el que igualmente se tatuarán en sus espaldas.

Del humor y del sentido de comunidad y hermandad, se pasa rápidamente a los enfrentamientos con la ley, es decir a lo que constituye lo masculino y la ley del padre, así es que la protagonista y líder, Legs, termina en el reformatorio por unos meses. Este se constituye como el punto de inflexión de la película, y tendrá como consecuencia que en la segunda parte del filme, el grupo devenga más claramente en una resistencia ante la sociedad y en la creación de una especie de comuna donde habitarán las chicas.

De manera que, esta resistencia va tomando todos los ámbitos de sus vidas, y la realidad junto con las normas pareciera que les va pisando la cola cada vez más frenéticamente en esta segunda parte.

Las actuaciones de las chicas (ninguna antes ha estado frente a una cámara), junto con la relación con la política y una suerte de proto feminismo, hacen de esta una película en  donde resuenan las ideas de utopía: el deseo de crear esa isla ideal donde también esta la posibilidad de que su realización se torne infernal. Algo así como el desenlace en The Lord of the Flies. El final inesperado, la foto en el diario de Legs y con ellos el recuerdo, y el regreso en la memoria de Maddy a la primera escena, hace parecer que todo ha sido un recuerdo, del que cuando se despierta y mira atrás te das cuenta que eras feliz. Como sostiene el cura del pueblo, en una escena conversando con Legs y Maddie.

Foxfire es una película sobre niñas, mujeres, rebeldía, pero por sobre todo de la memoria, acerca del escribir esa memoria la que se va leyendo, reviviendo a medida que Maddie va narrando la  historia, uniendo las notas con su voz, lo que había ido tipeando en su máquina de escribir, como una bitácora, durante su tiempo en el grupo de las Foxfire.

Tal como en su anterior película Entre les murs, Cantet muestra personalidades que desafían el orden y el poder. Personajes y subjetividades tan fascinantes como la niña Esmeralda de Entre les murs, quien discute sobre la República de Platón con el profesor, o Legs, imponiendo su idea utópica en ese contexto, de vivir solas y ser autosuficientes, yendo siempre al borde de lo legal. Un grupo de niñas que se subleva, al tener otro recurso para escapar de esa ley del padre que las excluye.

La película hace reír, como también despierta cierta tristeza y nostalgia por las utopías perdidas. Más aún, te hace querer ser parte de ese grupo, ese verano, tener ese tatuaje y recordar y saber que se fue feliz o se creyó serlo, teniendo escondido en la espalda el signo de esa felicidad: la memoria tatuada y escrita.

Por: Macarena Úrzua