La red avispa: Neutralidad imposible

Si en Carlos el universo abordaba el recorrido biográfico de su protagonista en el marco de las tensiones con los países árabes que se abría a  un paisaje hacia el narcotráfico y el tráfico ilegal de armas, aquí el universo es la década del noventa y los diversos atentados que cometió la Fundación Nacional Cubano Americana (conformada en su grueso por cubanos emigrados a Estados Unidos) contra establecimientos turísticos en Cuba, retratando la tensión entre el castrismo y el anti-castrismo.

El versátil Olivier Assayas estrena en Netflix La red avispa, un thriller político trabajado desde un punto de vista distanciado, a medio camino entre el retrato de época y el comentario político. Comparte con un cine como el de Costa Gavras, por ejemplo, una preocupación especial por la deriva de la izquierda latinoamericana en el marco de determinadas consecuencias del fin de la guerra fría, así como la entrada de lleno en códigos “de género” con cierta libertad formal y atención ideológica. Lo distancia el fervor militante y una tendencia a la observación de contradicciones desde una aspiración más “neutral”.

Assayas ya estaba encaminado en este universo temático con la serie y película Carlos (2010), sobre la figura de Illich Ramírez, conocido como “El chacal”, que durante la década del setenta sembró el terror en acciones y atentados cuyos fines políticos se fueron desdibujando. Como en ese filme, La red avispa trasunta ascetismo y distancia, para desarrollar un relato elíptico de personajes que se encuentran atrapados en redes y ambiciones de poder. Si en Carlos el universo abordaba el recorrido biográfico de su protagonista en el marco de las tensiones con los países árabes que se abría a un paisaje hacia el narcotráfico y el tráfico ilegal de armas, aquí el universo es la década del noventa y los diversos atentados que cometió la Fundación Nacional Cubano Americana (conformada en su grueso por cubanos emigrados a Estados Unidos) contra establecimientos turísticos en Cuba, retratando la tensión entre el castrismo y el anti-castrismo. No exenta de polémica al respecto, el filme anuncia en su primer tercio a la “Red avispa”, red de contrainformación al servicio de la inteligencia cubana que busca desbaratar estas acciones. En el filme se recrean hechos relevantes en la historia de Cuba: el ataque de las fuerzas cubanas a un grupo de avionetas anticastristas, los atentados contra varios hoteles en La Habana o la brutal represión contra la disidencia interna por parte del mismo gobierno cubano a mediados del noventa (principalmente la detención del colectivo Concilio Cubano, que aunaba distintas fuerzas políticas de oposición).

Contrastando estos hechos con las trastiendas personales de sus protagonistas, Assayas logra acomodar un seteo algo predecible de conflictos dramáticos y amorosos entre los dos polos del conflicto: una esposa cubana abandonada por su esposo que se ha ido a Miami para infiltrarse en Estados Unidos, mientras otra exiliada en Miami que observa a su pareja en turbios secretos sin saber a qué atenerse. Como en infinidad de filmes sobre espionajes y tomas de decisión, sus “costos” se pagan en la trastienda amorosa. Las decisiones de diversos personajes van desarrollando una trama coral con tono e interés dispar, que pierde en más de una ocasión el foco central.

En términos de estilo, Assayas ha logrado generar un equilibrio entre determinada adaptabilidad y funcionalidad del relato y el punto de vista autoral en inmersiones cinematográficas muy diferentes entre sí: hace poquísimo hemos podido ver un drama de literatos muy rohmeriano en Doubles vies (2018), dramas familiares sobre herencia y filiación como en Las horas del verano (2008), novelas de formación en pleno Mayo del 68 en Après mai (2012), para no hablar de filmes ya clásicos como Clean (2004) o Irma Vep (1996), cintas de sensibilidad rockera y autoral. Como sea, en La red avispa al interior del thriller como género, reflexiona sobre la naturaleza de los grupos de extrema derecha, quienes, en este caso, violaron la soberanía cubana con vuelos sobre su área marítima y territorial. Como en Carlos los extremos llevan rápidamente a lo ilegal (en este caso el narcotráfico). Al revés de lo que podría ser un enfoque muy pro-norteamericano, Assayas media entre versiones desde la distancia que le permite Francia, no con cierta venia del Estado cubano (de aquí se derivan las polémicas y el rechazo de parte de la diáspora cubana en Miami). 

Con todo, el enfoque tiene algunos problemas que quizás no han sido del todo señalados. Tal como sucedió hace poco con Laurent Cantet con Regreso a Itaca (2014) y un poco antes con Siete días en La Habana (2012) o  Buena vista social club (1999), la versión de Cuba y el régimen socialista parece mediar entre buenas intenciones progresistas, determinado “colonialismo benigno” y algún interés internacional del régimen autorizando el filme, lo que tiene, sin duda, consecuencias en aquello que se representa sobre el país (una suerte de “folklor” progresista con apoyo institucional). Particularmente esto se ve al cierre del filme en el trato del FBI, la representación a ratos estereotipada de Penélope Cruz (y la ausencia de actores cubanos) o los descargos de Fidel Castro en archivo del período, buscando mostrar la versión “oficial”. Aunque el filme busca un determinado balance, en este conflicto es imposible ser neutral, y es cierto que la balanza se corre hacia la difusión de los atentados contra Cuba, en un período que se denunciaba aún el ser una cuna del terrorismo.

La red avispa brilla menos que Carlos, aunque comparte determinado impulso político y epocal que el otro filme buscaba también cubrir. Aquí Assayas, un director más vinculado al universo “de autor” francés, busca pegar un salto definitivo hacia algo más comercial e internacional, de la mano de un casting iberoamericano de puras estrellas y una polémica que, de seguro, tendrá proyección en los próximos meses. El resultado, algo desangelado y dispar, deja un poco a medio camino.

 

Título: La red avispa. Título original: Wasp Network. Año: 2019. Duración: 123 min. Dirección: Olivier Assayas. Reparto: Edgar Ramírez, Penélope Cruz, Ana de Armas, Wagner Moura, Gael García Bernal (Gerardo Hernández). País: Francia. Distribución: Netflix