L’atelier: Identidad, historia y política para jóvenes sin futuro

La migración es una de las temáticas más problemáticas a nivel mundial. El capital fluye libremente alrededor del planeta mientras que las personas, las productoras de las riquezas, se ven obligados a ir a donde aquellas se acumulan. La fricción que esto genera se conjuga en una época en que el empirismo ha perdido valor de verdad y los datos no son suficientes para contrarrestar creencias y percepciones construidas desde enfoques individuales o vivencias personales. Se puede culpar a la migración del aumento del crimen organizado o el narcotráfico, aunque todas las cifras digan lo contrario.

Es así que todos los males expanden su explicación al fenómeno migratorio, desde el colapso de los servicios públicos hasta el desempleo. Este fenómeno no es ajeno a nuestro país que, como en la civilizada y moderna Europa, genera segmentos demográficos que reproducen esta idea sobretodo contra migrantes de países pobres. Habría que preguntarse, ¿a qué se debe que se afiancen creencias y percepciones sin ningún asidero empírico contra migrantes? ¿Cómo debe responder la sociedad ante esto? Creemos que la película del director Laurent Cantet nos da algunas pistas.

L’atellier trata de un taller literario que realiza una famosa escritora (Marina Foïa) en verano a un grupo de jóvenes, entre los que hay descendientes de inmigrantes, que representan la actual sociedad francesa con su diversidad étnica y religiosa. El taller se realiza en La Ciotat, una pequeña ciudad que posee un viejo astillero clausurado hace 25 años, símbolo de un pasado glorioso y mucho más activo económicamente.

Del grupo de talleristas destaca Antoine (Matthieu Lucci), un joven solitario que posee ideas basante provocadoras respecto al texto que deben realizar en el taller, lo que lo lleva a tener constantes discusiones con el resto de los participantes y con la profesora. Pese a que todos los asistentes son jóvenes, llama la atención que Antoine sea el único que evite la socialización con el resto del grupo y adopte ciertas actitudes cercanas a la ultraderecha. Nos atrevemos a decir que la película entrega dos respuestas para explicar su conducta.

l'atelier

La primera tiene que ver con la fragilidad de la identidad cultural que posee el personaje. La migración ha hecho que, de alguna foma, deba replantearse la idea sobre qué es lo que significa ser francés y europeo. En este sentido la respuesta más simple y rápida surge de los grupos nacionalistas que ven la decadencia, la falta de perspectiva de futuro y la pérdida de identidad como el resultado de los extranjeros que llegan a Europa.    

El segundo caso, por otro lado, se relaciona con la impronta individualista del capitalismo y la falta de memoria relativa al pasado reciente. Individualismo por el vuelco al individuo como el responsable de su propio bienestar, no solo económico, sino que también emocional, que rechaza todo tipo de ayuda ofrecida por terceros. La falta de memoria del pasado reciente por parte de la película subyace en una premisa comunitaria: si había identidad en La Ciotat en el pasado estaba ligada al astillero y las luchas sindicales por mantenerlo funcionando.

Nos parece que Cantet entrega en la película una respuesta que contrarresta lo frágil de la identidad cultural de Antoine y su individualismo afianzado en la flaca memoria histórica del pasado reciente. Y esta repuesta es política. Cuando se revisan las luchas del pasado mediante material de archivo de lo que era el astillero, toda la dinámica que provocaba, el empleo que generaba y el orgullo que representaba para la ciudad, se establece un parámetro de lo que fue La Ciotat para sus habitantes.

Sin embargo, este lazo que no corresponde con el presente se explica por la falta de organización política, específicamente con la ausencia de la izquierda y, más profundo aún, con la ausencia del futuro como lugar de transformaciones, es decir la falta de utopía. De alguna forma es la falta de pensamiento revolucionario lo que tiene a Antoine en su estado de soledad y tedio de un presente continuo sin expectativas, y es que la propuesta del director también se puede entender como una lectura marxista.

latelier(1)

Si atendemos al fondo del asunto, el abuelo de una de las asistentes al taller pertenecía al partido comunista y fue uno de los que tomaron el astillero para evitar su cierre, pero también era un inmigrante argelino. En otras palabras, lo que quiere sustituir Cantet es la idea de la comunidad afianzada en la idea nacionalista, la cual parece tan frágil que solo puede existir temiendo al otro, por una comunidad que se afiance en la solidaridad de clase, que no distinga naciones ni etnias para entender que otro mundo es posible.

La película nos parece un interesante ejercicio de reflexión que intenta dar una explicación a algo tan problemático como el alza de las corrientes nacionalistas de ultraderecha en los jóvenes europeos, pero que también se puede aplicar al caso chileno. A pesar de eso, la respuesta es solo parcial y solo podría responder por aquel porcentaje de la población que presenta características similares a las de Antoine. Esto no le quita mérito al filme, que sin tener un guión complicado es capaz de entretener y poner inteligentemente en la palestra temas que son tabú o difíciles de llevar al espacio público con simpleza y profundidad.

Por otra parte, una interrogante nos queda finalmente: si el taller es una réplica de la sociedad, en el que se debaten la tensiones contemporáneas como la presencia irreversible de migrantes y sus descendientes -con las correspondientes fricciones étnicas, religiosas, culturales y políticas-, representando cada personaje alguna posición, ¿a quién le corresponde en la sociedad el lugar del moderador imparcial que ocupa la escritora parisina? Siendo ella ese ente que pone los márgenes de la discusión entre lo posible y lo imposible de decir y hacer. Pareciera que Cantet sugiere aquí implícitamente que existe quién o quiénes se podrían hacer cargo de los conflictos de una manera tutelada.

 

Nota comentarista: 7/10

Título original: L’atellier. Dirección: Laurent Cantet. Guión: Robin Campillo, Laurent Cantet. Montaje: Mathilde Muyard. Música: Edouard Pons, Bedis Tir. Reparto: Marina Foïs, Matthieu Lucci, Florian Beaujean, Mamadou Doumbia, Mélissa Guilbert, Warda Rammach, Julien Souve, Issam Talbi. País: Francia. Año: 2017. Duración: 113 min.