Sicario (Denis Villeneuve, 2015)

Denis Villeneuve es ese tipo de directores a los que es difícil encontrarles una película “mala” o, dejando un lado las apreciaciones personales, mediocre.  (Otro de esa casta de privilegiados es Nolan, pero el inglés posee mayor notoriedad debido a que lleva mayor tiempo en circuito hollywoodense ).  Ante esto, hablar sobre su nueva película “Sicario” (2015) es un ejercicio complejo, ya que la película sigue la senda de sus anteriores trabajos: películas “compactas”, “apretadas”, donde ningún elemento estético y narrativo está demás, y que crecen en profundidad con posteriores visionados. Pero, me pregunto, ¿acaso esto da para que una película sea catalogada de “algo más” (entiéndase obra maestra)?  No estoy muy seguro, en realidad.

Ya de desde el principio, la violencia, la premisa principal en Sicario, se muestra sin tapujos y con una brutalidad que, en una primera instancia, puede incitar al espectador a quedarse en la sala más por morbo que por cualquier otra cosa. No les voy a mentir, tuve un poco de preocupación al ver los primeros minutos de la película por esto que les cuento, pero hay un elemento (del que hablaré más a delante) que quitó mi atención de este aspecto.

Ya más avanzada la película, la violencia psicológica, tanto por la narrativa de la agente novata Kate Macer (Emily Blunt) como por la del consultor Alejandro (Benicio del Toro), va adquiriendo mayor relevancia hasta el punto de equilibrar la mezcla. Hay un momento en que, incluso, se nos sacan escalofríos más por medio de las miradas de los protagonistas que por las explosiones. En este sentido, la violencia funciona como el cuchillo que va cortando las diferentes capas de los personajes.  Todo bien hasta este punto.

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Sin embargo, cuando llegamos al centro de los personajes, nos encontramos con una sustancia bastante similar que al comienzo. Y es aquí donde hay una insuficiencia en cuanto al tipo y desarrollo de personajes que trabaja el guión de Taylor Sheridan, ya que, pese a equilibrar el suspenso y la violencia de forma “entretenida” para el espectador, las motivaciones y evoluciones de Kate y Alejandro son bastante conocidas, bordeando el cliché incluso. Siguiendo esta idea y volviendo al tema de la premisa principal, Sicario es una película que cuya reflexión acerca de la violencia no es innovadora.  Esto no es un tema menor, por lo menos en mi caso, ya que lo que te llevas de la película es poco y solo dura el momento que estás en la sala. En comparación a sus obras anteriores, Prisioners (2013) o, antes de llegar a los grandes estudios, Incendies (2010), estamos ante la obra más conservadora de este director.

Por el lado de las actuaciones, la verdad es que es imposible encontrar un punto débil, y esta situación camufla los recatos de la historia. El mejor ejemplo de esto, es el trabajo de Benicio del Toro, quien se distrae la atención gracias a su carisma y gran presencia en la pantalla.

Sí, sin duda que Sicario es una “buena película”, alejada de la mediocridad que repleta nuestras salas, aquí hay una intención mayor a la de la simple entretención. Sin embargo, me quedo con una sensación de insuficiencia con esta película ya que Villeneuve no quiso correr riesgos como sí lo hizo la protagonista de su relato. Me quedo con la idea de que esta es su obra más “directa” y tradicional, pero que  gracias a un reparto talentoso, se cubren personajes de una tridimensionalidad ya conocida, que a estas alturas (y con el talento de este director) es algo demasiado básico.

¿Dónde quedó la intención de apostar en grande? ¿De jugársela por la voz propia e ir un poco más allá y comprometerse con los resultados?

Si Nolan sobre-digirió  Inception (2010); Villeneuve se volvió muy timorato en Sicario.

Dejo esta cita de “2666” que gira sobre este asunto:

Qué triste paradoja, pensó Amalfitano. Ya ni los farmacéuticos ilustrados se atreven con las grandes obras, imperfectas, torrenciales, las que abren camino en lo desconocido. Escogen los ejercicios perfectos de los grandes maestros. O lo que es lo mismo: quieren ver a los grandes maestros en sesiones de esgrima de entrenamiento, pero no quieren saber nada de los combates de verdad, en donde los grandes maestros luchan contra aquello, ese aquello que nos atemoriza a todos, ese aquello que acoquina y encacha, y hay sangre y heridas mortales y fetidez.

 

Nota comentarista: 7/10.

Título: Sicario. Dirección: Denis Villeneuve. Guión: Taylor Sheridan. Fotografía: Roger Deakins. Reparto: Emily Blunt, Benicio del Toro, Josh Brolin, Daniel Kaluuya. País: Estados Unidos. Año: 2015. Duración: 121 mins.