Lissette Orozco: “El objetivo principal de la película es llegar a las nuevas generaciones, que se instruyan, que tengan su propio discurso, se eduquen con su memoria histórica”

Nos encontramos con Lissette Orozco, directora de El pacto de Adriana, justo antes de su estreno. Su documental es una película hecha para Chile y la discusión local, y aunque ha tenido excelente acogida en el exterior estaba por verse como iba a ser recibida localmente. Junto con ello, se suma una interesante estrategia de difusión concebida por la propia Lissette vía la web del documental http://elpactodeadriana.com/ que incluye, entre otras cosas, una serie de cortos documentales. Sobre el origen del documental, su interés en abrir la discusión sobre los pactos de silencio y muchas otras cosas más conversamos hace algunos días.

Iván: Hace un rato me contabas que te impactó ver El color del camaleón en Guadalajara...

Lissette: Me pasó que cuando estaba en Guadalajara mostrando la película, termino de presentarla y sale corriendo detrás mío un chico, flaco, rubio, y me dice “tienes que ir a ver mi película", "ya, buenísima"; y me meto a ver el folleto, para ver la sinopsis de su película. Bueno, qué coincidencia, su papá de la DINA, y quiere sacar a la luz un secreto, y entonces tiene mucho que ver con la mía. Me maravillé porque cuando estaba haciendo esta película todo el mundo se me puso en contra; los fondos, la gente, todo el mundo, “cómo quieres limpiarle la imagen a tu tía”. Tuve que luchar contra todo el mundo y fue buenísimo darme cuenta que no estaba sola en esto, que no era la única que tenía este sentimiento de justicia, sino que también existía esta otra película. Si bien son, las dos, películas que trabajamos el daño transgeneracional, la memoria histórica y desde un punto de vista familiar, igual son películas completamente distintas. El color del camaleón es una historia de hombres, con un tratamiento y un montaje muy sensible; y la mía es una película de mujeres, con un montaje y un tratamiento de brutas. Yo siempre digo esa película es un drama emocional, y la mía es un thriller psicológico, entonces como que las diferencias están en ese lugar. También creo que el papá hizo un acto de amor con su hijo; y yo luché con una piedra toda la película, entonces por ahí creo que hay varias cosas las pueden diferenciar. Pero lo importante es que somos dos jóvenes, en esta época contemporánea; de hecho los dos grabamos los 40 años del golpe militar, yo lo grabé en el museo y el cementerio, grabamos al mismo periodista. Entonces hay muchas cosas que coinciden, entonces es maravilloso saber que alguien de mi misma generación estuvo escarbando por la misma memoria que yo, que a él le resultó una película más liberadora, pero creo que mi película representa mucho más el Chile que vivimos, de la gran amnesia, de la gran parte de la población de este país.

Iván: Hablemos un poco de la sensación post, ¿cómo la vives?

Lissette: Yo creo que la película de él es mucho más liberadora que la mía. La mía te deja con la espina pasada, pero siento que es más real, o más coherente, a la sociedad en que vivimos, porque en la sociedad en que vivimos hay gran parte de la población que le acomoda no saber, y a la nueva generación los educan así: como que no tiene sentido remover el pasado porque eso es abrir heridas, eso es como la educación de algún tipo de personas. En cambio para mí sí es importante remover el pasado, sí es importante recordar, porque si sabemos nuestra propia historia no la vamos a volver a repetir.

Iván: También me llama la atención este discurso y cómo lo has ido afrontando más bien en el plano discursivo, lo que contrasta con un personaje que quiere genuinamente reencontrarse con su tía.

Lissette: Es un personaje que lucha todo el rato por querer creerle, esa es la lucha: quiero creerle, quiero creerle, porque la quiero, porque me importa, quiero que ella me mande a hablar con gente y que esa gente la apañe, y en el fondo nadie la apaña, entonces, claro, gran parte de la película es mi lucha personal porque exista la reconciliación, como El color del camaleón, pero fue una lucha muy utópica. Y, claro, estamos hablando de un discurso, porque yo terminé de hacer la película, hace dos años que terminé de grabar, hace un año la monté, entonces ya ha pasado bastante tiempo, y por supuesto que uno va reacomodando el discurso, como más que nada el objetivo de haber hecho esta película, porque hay gente que cree que hice esta película porque soy mala, y que quise traicionar a mi tía, hay partes de mi familia que cree eso, porque cree que soy mala, pero hay otra gran parte de la gente que cree que esto es un acto de justicia, que eso es lo que yo siento, porque estoy aportando a la memoria histórica, con un granito de arena. Y aunque sea un granito de arena, creo que eso es importante, porque en este país lo que necesitamos que nos llegue esta información, que se reflexione, que se abra el diálogo y de paso que se eduque a las nuevas generaciones.

19-BAFICI-El-pacto-de-Adriana-550x309

Iván: Yo creo que una clave de lectura es la caída del héroe, de una niña que se va desencantando poco a poco hasta tener documentos que acreditan la verdad que está siendo negada. Y hay como dos caídas; una es la caída como política jurídica y, después, una caída emocional. Personalmente me sorprendió mucho la imagen en la cual tu tía se pega un ultimo speech, y hace un escándalo, y tú haces un corte, simplemente pones una voz over…

Lissette: Claro, hasta aquí llegamos, me manipuló. Esa escena se llama “El interrogatorio”, y no necesito saber si mi tía interrogó, basta ver mi escena con ella. Muchas veces me preguntan que cuándo fue el momento clave en que me dí cuenta que mi tía era culpable, y todos quieren que diga “sí, cuando estuve con el Mocito”, “cuando estuve con no sé quién”; pero yo siempre digo "nunca existió el momento clave", porque partí haciendo la película y lo primero que leí fueron los libros de Javier Rebolledo. Sabía desde el inicio que mi tía trabajó para los malos, pero yo siempre quise creerle, y esa lucha era un conflicto más interno. Y creo que el momento preciso donde dije “hasta aquí no más llegamos, aquí termina la película” fue cuando empecé a revisar el material, cuando me senté con mi montajista yo le dije “no me voy a ir a Australia”. Porque el proyecto partía tocando el timbre de la casa de mi tía en Australia, pero esa es otra película, y como me pasaban cosas únicas e irrepetibles, registraba, registraba, y ahí nos dimos cuenta que teníamos un montón de material, entonces empezamos a revisar y pensaba: “mi tía me está manipulando”, “mi tía se está contradiciendo”, “¿por qué me dijo que amenaza a sus amigas?”. Y ahí empecé a hacer yo un análisis, un metalenguaje de la misma película… entonces por eso también tomé la decisión de que el hacer una película sea parte de la película.

Iván: Una de las cosas que más me gusta de tu película es el proceso y cómo ese proceso se va develando a sí mismo todo el rato: el proceso subjetivo, cinematográfico, judicial…

Lissette: Cuando empecé con el proyecto decía “se va a tratar de una película familiar, una película investigativa, una película psicológica”. Desde que empecé hacer el proyecto tenía metida la cuestión psicológica en la cabeza, que era como una forma de escarbar por varias partes, y creo que el haber escarbado por todos los lugares tiene que ver con esta configuración que yo quise armar de ella, que esa es la lucha de la película: reconstruir su imagen, porque yo tenía la imagen de ídola, y esa imagen de ídola era una fantasía, porque cuando niña yo era feliz cuando me traía una regalo, porque me hablaba en inglés y yo decía “tengo una tía que vive en el extranjero, cool”, pero uno cuando es niño se maravilla con esas cosas, entonces ahora es esta conocida-desconocida; la quise reconstruir, y de eso se trata la película.

Iván: En principio lo que iba a ganar ella era poner su verdad.

Lissette: Le abrí una ventana para que diga su verdad, que ella no haya aprovechado esa ventana, para ser honesta, es cosa de ella. Porque yo creo que si mi tía dice “yo tenía 19 años, y tuve que pertenecer a ese lugar, si yo no mataba, me mataban a mí”, si tu cuentas esa versión de una víctima, capaz que se humaniza. Pero mi tía parte diciendo que “los mejores años de su vida” fueron en el organismo más nefasto de la historia de nuestro país, entonces como que en el fondo se caga sola. Yo le entrego una ventana gigante para que ella se defienda, le paso una cámara para que ella se defienda, y ella me manda un material que son puras contradicciones sobre otras contradicciones. Entonces yo me dije: ¿traiciono a mi tía, me echo a mi familia encima o me traiciono a mí misma?  Y ahí tuve que tomar la decisión, y tener agallas para tomarla, porque si hago la película institucional a mi tía, yo creo que solo la Fundación Pinochet iría a ver mi película y no estoy entregando ningún aporte a la historia de Chile; al contrario, estaría haciendo una basura para los sin memoria que les conviene tener puras basuras de arte, como el documental de Pinochet donde no se habla nada de la violación de los derechos humanos, una farsa ese documental.

Iván: Hablando de procedimientos, hay algo contra informacional en la película, en los procedimientos documentales y en cómo fuiste obteniendo la información medio a contrapelo...

Lissette: Pero con las amigas de la Dina… hablo con ellas por teléfono y aparecen fotos de ellas de la época, y yo me junté con ellas, las grabé, pero las grabé de lejos, y no todas me dieron la autorización. Ahí me iba a meter en un cacho, entonces saqué ese material porque de las cuatro que acompañe, dos me dieron la autorización, y las otras dos no. De hecho, de todas con las que hablé solo de la Gladys no tengo la autorización. Pero la Gladys está en la cárcel, la diosa del cianuro, a la que le hacen la funa fuera de su casa en mi película, de ella no tengo la autorización, pero como está procesada no creo que vaya a tener problemas con la película.

Iván: A lo que voy, si hubiera sido un documental institucional esa verdad estaría racionalmente instalada, pero aquí lo interesante es ese forcejeo con esos límites de la verdad, para que esa verdad pueda ser proferida o enunciada. Y se trata de un procedimiento presente en el personaje central y en todo el documental, y que tiene eso de apretar un poco la situación para que emerja, no es solamente un registro…

Lissette: Hubo una crítica muy buena, en Berlín, que decía que "la directora dejó la piel en la película", entonces el hecho de haber escuchado eso me hizo pensar: “ingenuamente dejé la piel en la película, ingenuamente partí haciendo el proyecto sin saber dónde me estaba metiendo”. Porque yo creo que si desde el momento uno me entero de quién es realmente mi tía, de todo lo que me enteré en el camino, quizás nunca la hubiera hecho, o si mi tía hubiera sido mi mamá, tampoco nunca la hubiera hecho. Yo creo que logré hacer esta película con mi tía porque fue una relación que se forjó a la distancia, porque mi tía vivía en Australia. Partí con mucha ignorancia, mucha ingenuidad respecto al tema o al lugar donde me estaba metiendo, y si tú me preguntas por el gran aprendizaje de esta película fue que logré empatizar con el otro lado. Que yo de escuchar en mi familia “esta vieja sigue alegando, sigue buscando a su familiar, si no lo va a encontrar”, a pasar a pensar “está buscando a sus familiares en este país de mierda, que no le entrega nada de justicia, de verdad”… Si al final las víctimas de la Dictadura no quieren un perdón, no están por un perdón, si con la brutalidad que hicieron no merecen ningún perdón, lo que quieren es un poco de información y eso es lo que se necesita. Yo no podría haber sido tan irresponsable, haber dicho “mi tía es así de culpable”, me quemo sola y la quemo a ella, no tiene sentido. Pero yo sí sé, y estoy convencida de que ella tiene información. O sea, me imagino que alguien que trabajó para Burgos, para Morales o para Contreras, que fueron sus tres jefes en la DINA, que están todos en la cárcel, me imagino que algo sabe.  Entonces, creo podría haber sido un aporte a nuestra historia, sí le podría dar una tranquilidad a muchos corazones, a mucha gente, a muchas familias, al daño transgeneracional, porque lo digo en el video de la muerte del Mamo, se lo digo a mi tía de hecho, le digo “esto no se va a terminar cuando se mueran todos los agentes de la DINA”. No porque se murió Pinochet y el Mamo Contreras la gente se olvidó de lo que pasó. La gente sigue educando a sus hijos, hay niños que nacen en familias con una ausencia, hay niños que nacen en familias sabiendo que su papá es un desaparecido, que su abuelo es un desaparecido, su tío es un desaparecido, nacen con un dolor y ese dolor se transforma en rabia, en resentimiento. Entonces, cuando es el 11 de septiembre dicen que los delincuentes rompen la calle, pero es una sociedad que está enferma, que está herida, por falta de justicia y de verdad. Y eso lo entendí después de haber terminado esta película, pero fue un viaje de años, un viaje que no tiene que ver con que ahora soy una comunista fanática, porque yo no me considero comunista, porque ni siquiera pertenezco a ningún partido, me entiendes, pero yo no estoy a favor de la violación de derechos humanos, no estoy a favor de la impunidad, no estoy a favor de cosas que no tienen que ver con mi forma ética de ver el mundo, y eso es lo difícil de entenderme con mi familia.

617616985_1280x720

Iván: Cuéntame un poco del webdoc, porque esto es una estrategia de difusión, que finalmente tiene un contenido nuevo.

Lissette: El webdoc nació como idea hace mucho tiempo, que quería hacer como el diario de vida de la película. Hace mucho tiempo lo quería hacer, como para generar impacto a conciencia. Y tenía otro fin, no tenía un fin más comercial, pero coincidentemente nos ganamos un premio en Polonia, en plata, y con ese premio decidimos pagarle a un diseñador web, a mí me pagaron como guionista, a un montajista, sonido, post, toda una obra de nuevo, y decidimos hacer videos, que todas las semanas lanzáramos uno, como estrategia para captar más espectadores, para el estreno chileno, así como súper puntual, el objetivo del webdoc. De aquí a todo este mes de octubre se van a seguir subiendo videos, entonces se van a lanzar:  “Las voces de los abogados”, “La muerte de Pinochet”, y después van aparecer seis más, “La muerte del Mamo”, “Psicología de Adriana”, “Verdad y justicia”, “La historia de Lorena”, “El homenaje a Pinochet”,  y “Extradición”, y el tráiler. Esos son los primeros seis, y ahora se va a tirar el que son las “Las voces de los abogados”, que son los abogados que llevan la causa de mi tía, y otro abogado de derechos humanos, son dos abogados que van a ir pinponeado ideas sobre esto. Vamos a tirar un video para promocional, con gente que de su opinión publica tiene más peso, que digan por qué la película es necesaria de ver. Luego vamos a tirar un video, cuñas macabras de mi tía, porque yo siempre digo que cuidé un montón a mi tía, hay un montón de material de cuñas que va a salir en un momento. La idea es que los primeros seis videos sean una estrategia para captar más personas para que vean la película, y luego para que la gente se siga educando y construyendo sobre el mismo tema, porque el objetivo principal de la película es llegar a las nuevas generaciones, que se instruyan, que tengan su propio discurso, se eduquen con su memoria histórica. Yo hacía clases en los primeros años de universidad y no tenían idea dónde están parados. Una niña me decía que tengo una beca en esta universidad, una beca Valech, pero no sabía de qué se trataba, ahí te das cuenta de que hay una pobreza educacional en este país gigante, y si hay una película que puede generar conciencia, mejor.