Raúl Pellegrin, Comandante José Miguel (1): Historia de un Santo

Por Marco Allende y Dana Lopez

La aparición del Frente Patriótico Manuel Rodríguez en la escena de los años 80, fue uno de los sucesos más relevantes desde un punto de vista social, cultural y político de la época, desconcertando al poder casi inquebrantable de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Ya desde sus primeras apariciones llamó la atención por su alto poder operativo, encabezando complejas acciones de carácter militar y propaganda armada. Desde el 14 diciembre de 1983, el FPMR realizó acciones de diferente envergadura, que iban desde bombazos en torres de alta tensión, ataques a recintos militares y policiales, hasta operaciones complejas como el desembarco de armas en Carrizal Bajo y el atentado al general Augusto Pinochet. Su presencia escénica en la configuración del sistema político puso un elemento de disrupción inédito en medio del control de la dictadura. De alguna forma el FPMR terminaría influenciando el desarrollo ideológico del movimiento de resistencia chileno, y sus posturas ideológicas son la expresión definitiva de un disputa mayor sobre las formas de alcanzar la democracia y los límites, legítimos o no, de la rebelión social en medio de un sistema opresor.

En este contexto, un documental que se presenta como el relato de su principal figura como lo fue Raúl Pellegrin (1958-1988), más conocido como el Comandante José Miguel, parecía sumamente atractivo y exigía en su propia declaratoria conceptual la posibilidad de acceder a una propuesta que efectivamente fuera de interés visual, historiográfico y cultural.

La opción que toma la directora Michelle Ribaut a la hora del registro, lamentablemente va agotando la posibilidad de abrir un espacio de interés, que tanto la historia en sí misma como sus complejidades podrían haber aportado. Ya desde su entrada el desarrollo argumental se centra en lo biográfico, acudiendo a “cabezas parlantes”, decenas de declaraciones sostenidas principalmente en entrevistas a su familia y amigos cercanos, los que según las propias expectativas de la obra deberían ir develando aspectos relevantes que permitirán explicar la importancia histórica de Raúl Pellegrin, las contribuciones del FPMR al contexto político, el antes y el después de su aparición como movimiento paramilitar con las singularidades del contexto, entre otras aristas.

Sin embargo, esta promesa no se cumple. En esta apuesta su directora toma un camino conservador en términos narrativos: una sucesión incansable de testimonios que termina victimizando y/o beatificando al Comandante José Miguel, elementos que tienden a caricaturizar no solo al líder, sino que a la cosmogonía y a las opciones tácticas y estratégicas de la resistencia de la izquierda chilena. La voz de Raúl Pellegrin en esta propuesta fílmica está sobre-mediatizada por el relato de sus cercanos, ahogándolo y apagando el fuego de su vitalidad al no vincularlo con la práctica política y la visión que este movimiento propuso en el Chile de los 80. En este sentido, el documental pierde universalidad y relevancia transversal limitándose a ser sólo de interés de unos pocos convencidos.

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Cabe preguntarse sobre la vigencia de un relato que se enfoca sólo en las cualidades ético-morales de un personaje como el Comandante José Miguel, escindiéndolo de su correlato histórico y omitiendo cualquier asomo de su pensamiento crítico. Esto hace que el documental se vuelva irrelevante por exceso de admiración, acabando en un registro sobreprotector que roza la ingenuidad y no nos cuestiona sobre la pertinencia actual de sus ideas, su capacidad de convencimiento o interpelación dentro del mapa político que nos rige hoy en día.

El sabor que deja este trabajo es a deuda. Los sucesos y sus implicancias sociales merecían una propuesta fílmica que recogiera y diera cuenta de las complejidades, pasiones, contrariedades, decisiones y fundamentos ideológicos que hicieron del FPMR uno de los movimientos paramilitares de izquierda más interesantes de las últimas décadas del siglo XX. Nostálgico, aburrido y lindando en el documental amateur, Raúl Pellegrin, Comandante José Miguel es la descripción, muy a su pesar, de una derrota política; pero, aún más grave, es una derrota del documental como género artístico.

 

Nota comentaristas: 4/10

Titulo original: Raúl Pellegrin, Comandante José Miguel. Dirección: Michelle Ribaut. Producción general: Angélica Barrios, Michelle Ribaut. Fotografía: Raúl Moncada. Post producción de imagen: Nicolás Astudillo. Montaje: Valentina Noya, Michelle Ribaut. Sonido directo y post producción de sonido: Camila Pruzzo, Carlos Pérez. Investigador: Gabriel Astudillo. Música original: Vicente Feliú. Gráficas: María José Jiménez. Producción Ejecutiva y Distribución: AconcaguaCineTv. País: Chile. Año: 2019. Duración: 83 minutos.