Hombre Irracional (Woody Allen, 2015)

Joaquin Phoenix es tal vez el último gran actor que faltaba formar parte del universo Woody Allen, y se agradece su presencia en este filme, ya que es lo mejor que tiene esta película que no sería más que otra anécdota más en la extensa y variada filmografía del director americano. Aunque ya no es un director que tenga que demostrarle nada a nadie (sobre todo después de películas como Crímenes y Pecados, Manhattan, Interiores, Match Point, Vida y Muerte, entre tantas otras, diferentes de espectador a espectador), sí resulta decepcionante cuando los fanáticos que lo siguen de película a película se ven enfrentados con una que no resulta tan evocativa de reflexiones como otras, sobre todo cuando están rodeadas de un exterior que da la ilusión de una profundidad intelectual que simplemente no está ahí.

El conflicto interno del personaje interpretado por Joaquin Phoenix puede llegar a entenderse en términos filosóficos, pero simplemente por el hecho de que es un profesor universitario de filosofía que entiende la idea del mal en el mundo como algo inevitable y que al mismo tiempo una persona no puede hacer la diferencia a la hora de cambiar el mundo. La cinta, obviamente, habla sobre cómo este personaje, envuelto en un sistema cerrado de personajes, puede llegar a hacer una diferencia, lo cual cambia su perspectiva de vida: pasa de ser un deprimido profesor con problemas para eyacular, a un feliz y animado profesor de campus que logra animar a sus alumnos con los autores que aparentemente representan su estado emocional.

Todo eso puede sonar muy interesante, pero el otro problema de esta película es que es muy difícil hablar sobre lo que pasa sin arruinar la “sorpresa” de cuál es ese acto que viene a restaurar una suerte de “orden” en el universo, ya que viene de la nada, aparece casi como si fuera una suerte de “deus ex machina”, pese a ser el centro de la cinta. Resulta todo tan fortuito, así como se siente totalmente artificial lo que viene a ser al mismo tiempo uno de los avances dramáticos más interesantes en una película de Woody Allen en años, ya que pareciera sólo aparecer para darle sentido a una idea filosófica falsa, un concepto sobre la utilidad de las personas y cómo sus acciones afectan a la gente inocente.

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Creo que acá Allen mezcló dos ideas de películas que tenía: una en un escenario atractivo como puede ser la universidad (otoñal, maestros, discusiones, estudiantes, intrigas) junto con esta otra trama más de “género”, por darle algún nombre sin necesidad de arruinarlo. Creo que el giro que da la trama hacia el primer tercio habría sido mucho más atractivo en un contexto menos cerebral, ya que Woody Allen se habría tenido que hacer cargo de las repercusiones de las acciones más allá de una justificación seudointelectual. Así mismo, todos los otros elementos, el decorado universitario, así como buena parte de los personajes (aparte del de Phoenix) aparecen como completamente superfluos, vacíos, inocuos, casi sin sentido.

Los fanáticos de Woody Allen no podrán evitarla y podrán sacar algo de valor de toda esta aparente confusión en la mente del director. Para el resto, sobre todo esa nueva cinefilia que trata de culturizarse, siento que este no es un buen lugar por el cual empezar a ver películas de este siempre interesante director: hay muchas (tal vez demasiadas) mejores opciones.

 

Nota comentarista: 6.5 /10

Titulo original: Irrational Man. Dirección: Woody Allen. Guión: Woody Allen. Fotografía: Darius Khondji. Reparto: Joaquin Phoenix, Emma Stone, Jamie Blackley, Parker Posey, Tom Kemp. País Estados Unidos. Año: 2015.