El Negro (2): El fantasma que mató a su familia

El Negro es también un filme de no ficción que retrata cuando “la historia de tu país comienza a pasar por tu casa” -como dice una de las hermanas-, para lo cual Castro San Martín echó mano de numeroso material de archivo, tanto oficial, como anónimo y “misterioso”, del Frente Patriotico Manuel Rodríguez (FPMR), imágenes el expediente del caso Edwards que no se habían visto hasta ahora y de la televisión suiza, con testimonios en francés de Jaime Guzmán. 

Después que Ricardo Palma Salamanca protagonizó en 1996 una cinematográfica fuga de la Cárcel de Alta Seguridad a bordo de un canasto en un helicóptero que se posó en el patio 3, el ahora refugiado político en Francia que estuvo fugitivo de la justicia por 20 años, le escribió una sola vez a su madre diciéndole que no podría contactarse más.

En una operación que duró menos de 3 minutos y que sacó aplausos entre los presos y los transeúntes que vieron la mítica escena en el cielo -en plena democracia- como si fuera una película, el joven estudiante del Colegio Latinoamericano de Integración que consideraba que luchar contra la dictadura era una batalla épica (que comenzó a pelear desde los 16 años), que era una oportunidad que no debía perderse y que matar a Jaime Guzmán era un "ajusticiamiento" y no un homicidio, desapareció como un fantasma. "No dejé ni un rastro por ninguna parte. A eso me dediqué". Palma Salamanca inventó que sus familiares habían muerto, para que no le preguntaran más por ellos.

El documental El Negro del director Sergio Castro San Martín, producido por Storyboard media, logró que Ricardo Palma Salamanca hablara por primera vez en cámara después de haber estado en la clandestinidad, haberse inventado otra identidad en México (Esteban Manuel Solís Tamayo) y tras haber aniquilado su pasado. Y con ello, a su propia familia. Para su director, El Negro es una película sobre la recreación de una ausencia, un fantasma, una desaparición, una muerte. “Aborda la muerte en todas sus dimensiones, la muerte espiritual, la física, virtual, que de alguna forma mata a toda su familia cuando está en clandestinidad”. 

En el primer tercio, el filme pone el foco en el debate político y familiar que se genera entre las hermanas de Palma Salamanca y su madre, Mirna, que sigue entendiendo que su hijo hizo lo que tenía que hacer, aunque por ello no lo haya visto nunca más. De un temple de acero y una convicción absoluta, Mirna cuenta que el día que mataron a Jaime Guzmán Ricardo le reconoció que él había sido, así como a sus hermanas les admitía que todo lo que se decía de él era cierto. Después de 20 años, su madre sigue guardando la ropa de su hijo (el pantalón colgado en el patio después del lavado es el mismo con el que aparece Palma Salamanca en una fotografía de joven en la película) y relee la única carta que de él recibió.

Es la descarnada honestidad con que las hermanas señalan que querían que su hermano parara de hacer lo que hacía porque ya estaban en democracia y la valentía con que encaran a su madre por justificar las acciones de su hermano y le aseguran que Ricardo no es un héroe, uno de los puntos más altos del trabajo del director que logra generar una suerte de catarsis entre ellas que se produjo en la sobremesa familiar, en una de las últimas grabaciones antes de que apareciera Ricardo en París. 

En el conversatorio del Cine Arte Alameda, Sergio Castro San Martín señaló que era la primera vez que estas tres mujeres hablaban abiertamente del tema, abriendo una caja de pandora que tiene que ver con un hermano que es un ser desconocido en muchos aspectos. “Para mí esta familia, la madre de Ricardo y sus dos hijas, es un poco una radiografía de la historia chilena; es una historia de grises”, con los de la transición a la democracia. El Negro es una película de contradicciones, tal como la historia de Chile reciente.

 De fugitivo a personaje 

Algo de lo cinematográfico de la historia del ex frentista Ricardo Palma Salamanca -que sufrió la tortura de sus hermanas, el degollamiento de sus profesores Guerrero, Parada y Natino, protagonizó una fuga de película y estuvo prófugo por 20 años- tiene la propia producción de la película estrenada on line, que bien daría para un making of

Los productores de Storyboard media ya tenían el corte cerrado del documental, que estaba en post producción de imagen y sonido, y mientras se encontraban en el Festival de Berlín en febrero del 2018 salió la noticia de que Palma Salamanca había sido detenido en París, por lo tanto, dejaba de ser fugitivo. La película que había comenzado desde el punto de vista de las tres mujeres y su vínculo con una figura ausente, debía dar un giro hacia un personaje que se hacía presente. Era un hombre que no existía en el mapa y luego apareció.

En base a la misma historia, el equipo había producido un telefilm de un solo capítulo para France 3 Television titulado El hombre escondido, que a la luz de la detención de Palma Salamanca terminó siendo una versión totalmente diferente de la película. Frente a los nuevos antecedentes decidieron congelar la producción hasta que pudieran contactar a Palma Salamanca, lo que les tomó casi un año. Entonces, el documental dio un giro de El negro, crónica de un fugitivo a, simplemente, El Negro

El creador y co-director de la serie La jauría (2020) y realizador de La mujer de barro (2015), cuenta que cuando llegó a París tras haber logrado ubicar a Palma Salamanca después de muchos intentos se le hizo muy difícil entrar en contacto con él, al tratarse de una persona bastante protegida que vivió mucho tiempo en clandestinidad. Sergio Castro iba al encuentro casi con los nervios de una cita a ciegas. En ese momento Ricardo tenía una causa abierta con la justicia chilena, por lo que el ex frentista sólo le permitió filmarlo, pero sin su voz, lo que claramente dejaba cojo el relato. Una vez que Ricardo obtuvo el asilo político en Francia se pudo realizar la entrevista en dos días, más los otros momentos en que Ricardo deambula por las calles de Paris.

El Negro es también un filme de no ficción que retrata cuando “la historia de tu país comienza a pasar por tu casa” -como dice una de las hermanas-, para lo cual Castro San Martín echó mano de numeroso material de archivo, tanto oficial, como anónimo y “misterioso”, del Frente Patriotico Manuel Rodríguez (FPMR), imágenes el expediente del caso Edwards que no se habían visto hasta ahora y de la televisión suiza, con testimonios en francés de Jaime Guzmán. 

La película incluye una escena de la revuelta popular de 2019 respecto del cual en un primer momento el director se preguntó si correspondía entrar en ese diálogo y concluyó que era muy pertinente incorporarla, porque es un documental sobre una persona que atentó o ajustició a uno de los creadores de una Constitución que ha mantenido amarrado a Chile. La gente salía a las calles, hablaba de eso, protestaba y por qué no mostrarlo, respondió Castro en el conversatorio, que se realizó a días de que las y los ciudadanos acudan a las urnas en un plebiscito sobre una Nueva Constitución.

 

Título original: El Negro. Dirección: Sergio Castro San Martín. Casa productora: Storyboard Media. Producción ejecutiva: Carlos Núñez, Gabriela Sandoval. Fotografía: Eduardo Bunster. Montaje: Sergio Castro San Martín. País: Chile. Año: 2020. Duración: 90 min.