Informe XV In-Edit (1): Recolectores y exploradores

Después de conversar a la salida de algunas funciones durante la última edición de In-Edit, uno puede intuir de que se trata de un festival curioso para la audiencia cinéfila. Al igual que en otros certámenes, existe la posibilidad de organizar jornadas maratónicas que terminan por confundir y combinar los elementos de cada película en nuestra cabeza. Lo peculiar del criterio de organización en In-Edit es que, con algunas excepciones, uno no mapea sus prioridades de acuerdo a lo que sepamos de la película o de quien la dirige. Al menos en mi caso, y probablemente para la mayoría, la prioridad pasa más bien por el estilo o por el personaje retratado antes que por los criterios cinéfilos habituales. La audiencia de In-Edit y sus poleras de bandas confirman el fenómeno; la celebración de la música parece estar al frente de todo.

Esto es, sin duda, un componente del atractivo del festival. El potencial seductor de conocer una canción por primera vez a través de una narrativa documental es algo difícil de resistir para los fanáticos de la música. Sin embargo, esta prioridad puede tener sus desventajas. Este énfasis en el objeto retratado provoca que cierto aire de reportaje pueda restringir la exploración cinematográfica de algunas de las cintas. El festival pareciera apostar por un balance, incluyendo siempre un puñado de cintas menos tradicionales. Sin embargo, otras películas no ambicionan mucho más que homenajear y relatar alguna trayectoria.

Una película como Bad Reputation (Kevin Kerslake, 2018), por ejemplo, hace un retrato de Joan Jett que busca posicionarla como un símbolo de varias causas. Si en un comienzo se trataba de mostrar la osadía de la cantante de formar un grupo de mujeres dentro de un género predominantemente masculino, las partes finales terminan destacando su activo apoyo a la armada estadounidense. Estos dos tipos de activismo, supuestamente coherentes dentro el relato de Kerslake, muestran el punto de vista difuso que puede implicar un relato apologético.

 

Los espigadores y la espigadora

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Lo primero que llama la atención respecto al comportamiento de Ryuichi Sakamoto en Coda (Stephen Nomura Schible, 2017), es la actitud casi reverencial que posee el japonés frente a las obras ajenas. En vez de repasar su obra y destallar su proceso creativo, Sakamoto se presenta más bien como un recolector de sonidos, un músico que se dedica a ensamblar más que a tratar de crear algo de la nada. Resulta curioso que un músico tan reconocido por sus sonidos pioneros -en la electrónica con Yellow Magic Orchesta, en la clásica banda sonora de Merry Christmas, Mister Lawrence (Nagisa Ôshima, 1983)- sienta cierta frustración por no haber logrado componer una peiza que pudiese ser digna de una película de Tarkovski, como el mismo músico detalla.

El ánimo de Coda destaca frente a otros retratos del festival por su visión reposada y con pocas ambiciones de realizar un retrato definitivo. Se trata más bien de un acompañamiento a Sakamoto después enterarse de la amenaza de su cáncer. Con esto, la película abre una segunda línea más relacionada a películas sobre la vejez y el deterioro, pero esquiva la idea de construir un relato sobre quien encuentra el optimismo frente a lo adverso. En cambio, el realce de Sakamoto como activista queda algo descolgado, intentando sumar una tercera capa ambientalista que no guarda mucha relación con la teoría del cuerpo y el sonido que esboza el japonés.

A Dog Called Money (Seamus Murphy, 2019) tampoco busca hacer un repaso por los hitos de la carrera de PJ Harvey, y menos definir su figura. Se trata de un registro específico de la peculiar sesión de estudio de The Hope Six Demolition Project, último disco de la cantante, y de los distintos viajes que inspiraron a Harvey para escribir las letras de cada tema. El filme de Murphy se estructura en paralelo entre las sesiones del disco -en las cuales Harvey y sus músicos tocaban en un estudio-instalación que se podía visitar sin que los músicos vieran o escucharan a la audiencia- y los paseos de Harvey por Afganistán, Kosovo y Estados Unidos. Si bien la idea de sesión “abierta” resulta interesante, las constantes idas y vueltas entre la grabación y las observaciones de Harvey en Medio Oriente la hacen ver como una especie de turista que va tomando prestado elementos de sectores en ruina para sus canciones de rock. El proyecto personal de Harvey bien podría no poseer esta connotación -no sabemos si visita estos lugares solamente para buscar “inspiración”-, pero en la cinta de Murphy es difícil no ver algo de vampirismo en su afán recolector.

Gepe y Margot Loyola. Folclor Imaginario (Nino Aguilera, 2019) muestra al músico chileno en otra clase de proceso de reapropiación. El hecho de que Gepe se dedique a reversionar a una artista como Loyola, más recolectora que compositora, sirve como pie para pensar una especie de teoría del folclor a partir de la idea de la impureza. Loyola, quien aparece brevemente desde el archivo para explicar algunos conceptos, está lejos de prestar herramientas a un entendimiento de la música “de raíz” que permita afirmar algún tipo de rasgo identitario nacional. Retomando esos conceptos, Aguilera interroga a los músicos para que hablen más allá de la grabación del disco, haciéndoles explicar su relación con el folclor. La preocupación de Aguilera por elaborar, junto a Gepe y sus músicos, conexiones entre la tradición de la música folclórica y el pop hacen que el documental sobrepase los límites del clásico registro de grabación de disco.

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A la sombra de Sixto

Searching for Sugar Man (Malik Bendjelloul, 2012) fue una obra que se convirtió en un clásico instantáneo del documental musical por varias razones. En primer lugar, por dar a conocer a un público masivo la música de Sixto Rodríguez. En segundo lugar, por el ingenio narrativo de Bendjelloul. Si bien la historia de Rodríguez estaba llena de misterio por si misma, la película organizaba la intriga en torno a las expectativas de poder encontrar finalmente al desaparecido músico. Cuando el momento llega, la película pareciera haber encontrado a Sixto a mitad de camino, un poco antes de perder las esperanzas.

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En They Say I’m Different (Philip Cox, 2017) el misterio se construye alrededor de la figura de la desaparecida Betty Davis. Al igual que Rodríguez, la historia de Davis se encontraba repleta de especulaciones respecto al paradero de la artista después del lanzamiento de su tercer disco. El problema está en que Cox organiza la película en torno a la posibilidad de finalmente encontrar a Davis. A medida que el cineasta se acerca a los miembros de su banda y amigos cercanos, se empieza a sugerir el momento en que Davis finalmente se muestre ante nosotros. El momento no solo nunca llega, sino que deja al documental construyendo la historia a partir de poquísimo material. A pesar de ser un documental de menos de una hora, la falta de materiales que muestren a Davis, siquiera en archivo, obligan a Cox a repletar el documental de asociaciones de imágenes aisladas y fotografías animadas que poco aportan.

La promesa de encontrar a João Gilberto es derechamente el centro del documental de Georges Gachot, Where Are You João Gilberto (2018). Proponiendo un juego borgeano, Gachot se propone recrear el viaje a Brasil que el escritor Marc Fischer realizó para encontrar al creador de la bossa nova. Gachot sigue las huellas de Gilberto, apartado desde hace décadas de la vida pública, al mismo tiempo que recorre los distintos sitios en los que Gachot persiguió al músico. La excusa de la búsqueda doble permite a Gachot no cargar toda la película en la búsqueda del músico, sino también leer pasajes del libro de Fischer sobre su viaje a Brasil. Resulta curioso, sin embargo, que Fischer y Gachot parezcan mucho más empecinados en encontrar al guitarrista, a diferencia de los brasileros que parecen respetar su deseo de privacidad. Por otro lado, no queda tan patente la pasión de Gachot por Gilberto, a diferencia de la notoria obsesión del escritor. A pesar de ser más seductora narrativamente, el peso de la promesa de ver al músico proyecta una sombra sobre la mayoría de las escenas.