Push: Empujados de sus propios barrios

Por eso es sintomático que el director y activista Fredrik Gertten esté de visita en nuestro país para presentar la película justo en tiempos de la revuelta popular que cuestiona el modelo económico que empezó con los Chicago boys en tiempos de Pinochet -“se requería un dictador para implementar las ideas de Milton Friedman”- y que una de sus primeras visitas haya sido a la Plaza de la Dignidad como espacio emblemático de resistencia que representa “la frustración que tenemos todos, porque los que tienen mucho tienen demasiado”. También es emblemático que además de las salas independientes se sumen funciones al aire libre en algunos barrios, justamente la unidad territorial básica que disputan a los propios vecinos las corporaciones globales (como Starbucks) que buscan extraer la capacidad de consumo de sus habitantes y llevarse sus beneficios fuera de ellos.

Varias son las menciones que hace de Chile como cuna del experimento neoliberal en dictadura el documental sueco, actualmente en cartelera, Push (Empujar) sobre las vulneraciones a nivel global del derecho a la vivienda adecuada, que arranca con el caso del parque Barón en Valparaíso, donde los vecinos han recibido presiones para abandonar sus casas en un terreno en que antes había un hospital y que ahora se convertirá en condominios de lujo a los que ellos no podrán acceder.

Por eso es sintomático que el director y activista Fredrik Gertten esté de visita en nuestro país para presentar la película justo en tiempos de la revuelta popular que cuestiona el modelo económico que empezó con los Chicago boys en tiempos de Pinochet -“se requería un dictador para implementar las ideas de Milton Friedman”- y que una de sus primeras visitas haya sido a la Plaza de la Dignidad como espacio emblemático de resistencia que representa “la frustración que tenemos todos, porque los que tienen mucho tienen demasiado”. También es emblemático que además de las salas independientes se sumen funciones al aire libre en algunos barrios, justamente la unidad territorial básica que disputan a los propios vecinos las corporaciones globales (como Starbucks) que buscan extraer la capacidad de consumo de sus habitantes y llevarse sus beneficios fuera de ellos.

Con un formato de documental de observación convencional, Push recorre ciudades tan diversas como Nueva York, Londres, Valparaíso, Toronto o Upsala siguiendo a la Relatora Especial para la Vivienda Adecuada de las Naciones Unidas, Leilani Farha, en sus reuniones con organizaciones de arrendatarios de todo el mundo que han debido abandonar sus viviendas porque los dueños de los edificios aumentan la renta hasta volverlas impagables.

Gertten no sólo aborda los contenidos de los informes sobre la crisis de vivienda que emite la Relatora, sino que su cámara aguda también evidencia a los comisionados que mientras escuchan su presentación prefieren conversar entre ellos o revisar modelos de relojes en internet, así como tampoco escabulle la situación más personal de esta mujer en su entorno familiar o el estrés que le provocan los viajes y la crisis de la vivienda que le toca documentar.

La Relatora constata que en los últimos 35 años los precios de las viviendas han aumentado un 425%, mientras los salarios sólo lo han hecho en 133% y que ⅓ de la mortandad global se relaciona con la crisis de la infravivienda. Son los testimonios los que le ponen carne a esas cifras, como el de un antiguo residente mirando desde fuera edificios emplazados en lo que era su antiguo hogar, que se mantienen vacíos, sin residentes, porque fueron comprados por inversionistas en Singapur o Hong Kong para especulación y no para habitarlos. O cómo habitantes que han realizado huelgas de alquiler son amenazados de desalojo por los propietarios de los inmuebles que les suben las rentas y no les hacen mantención, obligándolos a vivir en condiciones deplorables.

Valorada como mercancía y ya no como lugar de residencia, la vivienda se ha financiarizado empujando a las clases medias en todo el mundo a abandonar sus propias ciudades por la acción de grupos económicos globales que compran edificios para luego especular con las rentas, como un activo financiero. En definitiva, las compañías compran los terrenos, desalojan a los habitantes más pobres y luego construyen viviendas de lujo que no están destinadas a la gente que vive en ellos.

El mecanismo lleva al extremo la gentrificación, entendida como el proceso de rehabilitación de espacios deteriorados que aumenta el precio de los alquileres. El Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, lo explica como el movimiento de las corporaciones globales que buscan un número amplio de inversores para crear un valor (activo financiero) sobre miles de viviendas, que luego son los beneficiarios de los pagos de alquiler y de las ganancias de capital que reportan las propiedades. Compran el barrio, lo gentrifican y doblan el valor de los bienes.

El blanqueamiento de dinero proveniente del narcotráfico es otra arista de la crisis del vivienda que explica el italiano autor de Gomorra, Roberto Saviano, amenazado de muerte por revelar en su libro aspectos del crimen organizado. El narco puede justificar compras de restaurantes, casas, hoteles a bajos precios con dinero legal, que luego vende a sus propias compañías en los paraísos fiscales a un precio mayor del que había pagado, logrando volver a ingresar dinero blanqueado al país.

Push ilumina sobre cómo la vivienda se ha convertido en parte de un engranaje financiero y visibiliza, en palabras de la socióloga norteamericana entrevistada en el documental, Saskia Sassen, “cómo la elite se siente libre para violar las leyes fundamentales y después se sorprende que haya amargura entre las clases trabajadoras”, situación que coincidentemente puede observarse actualmente en Chile, que fue donde surgió el experimento neoliberal y su consecuente mercantilización de los derechos sociales.

 

Título original: Push. Dirección: Fredrik Gertten. Fotografía: Janice D'Avila, Iris Ng. Edición: Erik Wall Bäfving. Música: Florencia Di Concilio. Reparto: Leilani Farha, Saskia Sassen, Joseph Stiglitz, Roberto Saviano, Ada Colau. País: Suecia. Año: 2019. Duración: 92 min.